He comenzado a sospechar de la idea de completud.
Nada que sea completo, ningún sistema cerrado
puede garantizar un amor que se pretenda sano.
Quiero decir, festejo el amor que multiplica,
el amor que abre,
el amor que se soporta incompleto.
el amor que abre,
el amor que se soporta incompleto.
Pues la máxima expresión de libertad
será siempre la apertura constante hacia los otros.
Por eso dudo y me resisto a la idea de
la media naranja,
la media naranja,
del caminar juntos,
de los futuros simétricos.
.
A quienes caminan a nuestro lado,
no podremos verles los ojos.
de los futuros simétricos.
.
A quienes caminan a nuestro lado,
no podremos verles los ojos.
Por eso deseo gente que me cruce,
que me demore,
que me demore,
que me interpele,
y desvié mi trayecto.
Porque en esa detención,
en ese encuentro,
me habré ramificado,
habré nacido un poco más,
habrá brotado el otro en mí.
Procuro entonces,
y desvié mi trayecto.
Porque en esa detención,
en ese encuentro,
me habré ramificado,
habré nacido un poco más,
habrá brotado el otro en mí.
Procuro entonces,
gestos diagonales y perpendiculares,
renunciando así a destinos paralelos.
Porque cuando un rostro me conmueve,
no lo pretendo a mi lado,
quiero detenerme en él,
no lo pretendo a mi lado,
quiero detenerme en él,
demorarme en cada uno de sus gestos,
en su sencilla lentitud,
y acaso sólo después continuar,
en su sencilla lentitud,
y acaso sólo después continuar,
continuar sabiéndome alojado en ese rostro extranjero.
Porque el amor,
acaso no ha de ser simétrico,
tal vez ni siquiera deba ser recíproco,
el amor quizá sea una cruz,
no de las que se cargan en la espalda,
ni de las que echan culpas,
sino de las que multiplican,
las que potencian,
las que empujan
y rompen mismidad.
Porque acaso el camino es símplemente
un laberinto de otredades,
una permanente diagonal entre ajenos rostros,
Quiero decir,
tal vez al final del camino
sólo seamos un territorio habitado por los otros.
y rompen mismidad.
Porque acaso el camino es símplemente
un laberinto de otredades,
una permanente diagonal entre ajenos rostros,
Quiero decir,
tal vez al final del camino
sólo seamos un territorio habitado por los otros.
Emedeerre.