martes, 22 de abril de 2014

Luz

Soñó que abrazaba al mar 
y con él abrazaba sus olas,
se nutría de sus aguas,
y era dueño del mundo.

Soñó que el Sahara no estaba desierto,
que el oasis era cotidiano,
que la arena era dulce
y que nunca más tendría sed.

Soñó que abrazaba al viento,
que lo arrastraba su fuerza,
que éste le hacia cosquillas,
y que la distancia desaparecía

Soñó que abrazaba a un lobo,
que su aullido lo conmovía,
que juntos miraban al cielo
y que la luna descansaba en sus brazos.

Soñó que abrazaba al tiempo,
que éste se detenía,
que la alegría era constante,
y que el adiós no existía.

Soñó que abrazaba la luz,
 que ella le sonreía,
que sus ojos carecían de dudas
y el calor derretía sus miedos.

Cuando se despertó,
 todavía la abrazaba.









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