jueves, 27 de agosto de 2015

Ignorancia (segunda parte)

Puedo explicar casi a la perfección 
cómo funciona el psiquismo según Freud,
exponer algunas ideas sobre el materialismo dialéctico según Marx,
y hasta me atrevo a describir la sociedad disciplinar según Foucault,
pero lo que no me atrevo,
lo que no puedo de ningún modo,
es explicar qué es lo que me pasa cuando te veo.

He acumulado explicaciones,
he aprendido cientos de abstractas ideas,
he memorizado teorías,
pero sigo sin encontrar respuesta alguna cuando
me mirás con tus ojos de pájaro carpintero. 

Soy rápido para hacer cuentas,
mis amigos a veces me piden consejos,
y suelo citar pasajes enteros de mis autores favoritos.
Lo que no puedo,
lo que aún no entiendo es el mutismo que
me invade cuando tu mano se aprieta sobre la mía.

Es que burlás mis explicaciones,
volvés estúpidos mis argumentos,
 mi ego se llena de agujeros
y mi soledad muere de miedo,
cuando solo me susurras un beso.

Entonces no me sirve Freud,
prescindo de Marx y
tengo amnesia de Foucault.
Es que no hay teorema posible,
no hay palabra suficiente, 
para explicar tu sonrisa caricia
ni tu silencio que abriga. 

Y te agradezco esta infancia nueva,
este genocidio de respuestas,
la imposibilidad de significarte de algún modo,
para recordarme en cada abrazo,
que el amor es una perpetua ignorancia,
y que hoy estamos juntos,
para aprender todo de nuevo. 














jueves, 20 de agosto de 2015

trelew

"La revolución es un sueño eterno"
Andres Rivera

A veces pienso que no,
que ya no.
Que nos han vencido,
que la maquinaria del mal
tiene soldados invencibles,
y los defensores de la muerte
hacen metástasis a diario.

A veces pienso que ya no.
Que nos han reducido a sus miserables
ambiciones,
que han colonizado nuestros sueños,
que nos han empujado al silencio.

Es que me duele la ausencia de gestos,
la mirada puesta en el norte,
me desanima la anestesia cotidiana,
me frustra el televisor que nos vuelve mercancía
y aniquila deseos.

Y cuando me siento así,
cuando pienso que ya no,
pienso en los que han caído
en busca del sueño eterno.

Cuando me siento así,
cuando siento que ya no,
pienso en un puñado de pañuelos
que vencieron el terror
y hoy nos empujan a llenar plazas.

Pienso en diecinueve rostros temblando
ante un puñado de miserables apuntando con un fusil,
pienso en el vientre de Ana María que recibió las balas
frías y secas de la muerte en Trelew.

Y siento que los treinta mil gritos silenciados 
se han multiplicado de algún modo,
que ningún cobarde fusilamiento,
detendrá jamas la prepotencia de la vida
cuya semilla nos sigue germinando.

Que han cambiado los rostros,
que son otros lo nombres,
pero que no han detenido la marcha,
que la batalla entre los militantes del sueño
y los profetas del miedo está apenas en su infancia.

Y entonces digo sí,
todavía sí,
que la lucha no ha cesado,
que la utopía continua,
que su sangre no fue en vano,
y sus sueños escaparon
a los vuelos.

Pues no podrán desaparecer
su deseo,
porque de esas abuelas nos sentimos
todos nietos,
y hoy caminamos con ellas
porque la memoria nunca más
será silencio,











.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Raíz

En estos días de ramificación y flores nuevas,
en estos días que el futuro no está sólo adelante
si no por todos mis costados,
siento mis raíces ensanchar la tierra.

Porque ninguna flor,
ninguna hoja,
ninguna vida,
puede multiplicarse
sin aquellos que la sostienen.

Y entonces una gratitud
me envuelve,
una certidumbre me hospeda,
y aparecen los rostros
de aquellos que abonaron mis días.

Y aparece el abrazo infinito de mamá,
la solidaridad ansiosa de papá,
la palabra siempre a tiempo de mi hermana,
la protección constante de mi hermano,
 la persistencia de todos los que me sembraron.

En estos días de horizonte incandescente,
de destino abierto,
y de incertidumbre estomacal,
me empapan los recuerdos
 de aquellos que irrigaron mis días
 acompañando mis estúpidas pretensiones,
 mis miedos anacrónicos,
mi puñado de certezas,
 mis amores intermitentes.

Y me detengo en la complicidad de las bestias,
en los bares,
y los whiskys,
en las dudas,
 el dolor
y la ternura,
de los que me vieron marchitarme tantas veces,
y hoy celebran con dulce nostalgia,
este nuevo fuego que asoma.

En estos días de nuevas geografías,
agradezco el gesto de ir siendo conmigo,
y les digo con estas temerosas palabras,
que yo no me voy a ningún lado,
pues soy el árbol que han sembrado,
 soy la madera que han tallado
y les debo cada una de mis flores,
que hoy buscan otros cielos.

Gracias por tanto amor fértil,
por esta vida que han sanado tantas veces,
por ser tierra que me nutre
 y luna que me guía,
los llevo a donde vaya
en lo más profundo de mi raíz.