El error fue creer
que tenía que dejar de ser yo
para que hubiera un nosotros.
No fueron tus ciclotimias,
ni tus ambigüedades,
ni tus gestos precarios,
fue mi esfuerzo estéril por ser
aquello que no era.
No fueron tus contradicciones,
ni tus dudas permanentes,
ni tus silencios recurrentes.
Es que me había
vuelto un extranjero de
mi mismo con el afán
de entusiasmarte.
Quiero decir,
aunque me lo advirtieran,
aunque me dijera que el amor todo lo puede,
aunque frente al espejo no me reconociera,
el problema fue mi obstinación en sacrificar
mi deseo para ajustarlo al tuyo.
Porque no es cierto
que el amor todo lo sufre,
todo lo espera,
todo lo soporta.
Ese es un romanticismo idiota
y peligroso.
Y ahora que miro para atrás,
ahora que ya no duele,
entiendo que el amor
es sinónimo de libertad
y no de sacrificio.
Acaso el amor sea
la potencia de ser uno junto a otro.
La intensidad que nos vuelve
mejores que cada uno
de nosotros dos.
lunes, 18 de noviembre de 2019
viernes, 15 de noviembre de 2019
Ni uno
No es el domingo lluvioso,
la foto insoportable,
la mirada que no
vuelve,
es una tristeza alojada
entre todo lo que soy
y todo lo que me falta.
No es el rostro que resiste
el olvido,
la casa que habitamos,
el futuro taciturno,
la puerta que no abre,
ni la llave abandonada.
No es el apetito
de estar vivo,
la ausencia de sentido,
la piel desgarrada,
ni el dolor de no encontrarte.
Ni siquiera es el mañana
que no llega,
o la soledad que
abraza.
Es que ayer éramos dos,
y ahora no soy ni uno.
la foto insoportable,
la mirada que no
vuelve,
es una tristeza alojada
entre todo lo que soy
y todo lo que me falta.
No es el rostro que resiste
el olvido,
la casa que habitamos,
el futuro taciturno,
la puerta que no abre,
ni la llave abandonada.
No es el apetito
de estar vivo,
la ausencia de sentido,
la piel desgarrada,
ni el dolor de no encontrarte.
Ni siquiera es el mañana
que no llega,
o la soledad que
abraza.
Es que ayer éramos dos,
y ahora no soy ni uno.
lunes, 11 de noviembre de 2019
Evo
Evo,
nombre de mujer,
pero con o.
Evo,
hombre,
pero negro,
no como Adán.
Evo,
hijo de campesinos
Aymarás,
adoradores de la pacha,
herejes del Señor.
Evo,
cocacolero del Altiplano,
no de la Coca Cola
company.
Evo,
presidente de las
cholas y los cholos,
pero nunca de la
blanca Bolivia.
Evo,
la síntesis de toda
periferia:
demasiado negro,
demasiado indio,
demasiado pueblo.
Evo,
expulsado
por el Macho
y sus armas
en nombre de Dios.
Evo,
nombre de mujer
pero con o.
La hoguera
sigue prendida
para los enemigos de la corona
y la santa inquisición.
nombre de mujer,
pero con o.
Evo,
hombre,
pero negro,
no como Adán.
Evo,
hijo de campesinos
Aymarás,
adoradores de la pacha,
herejes del Señor.
Evo,
cocacolero del Altiplano,
no de la Coca Cola
company.
Evo,
presidente de las
cholas y los cholos,
pero nunca de la
blanca Bolivia.
Evo,
la síntesis de toda
periferia:
demasiado negro,
demasiado indio,
demasiado pueblo.
Evo,
expulsado
por el Macho
y sus armas
en nombre de Dios.
Evo,
nombre de mujer
pero con o.
La hoguera
sigue prendida
para los enemigos de la corona
y la santa inquisición.
lunes, 4 de noviembre de 2019
Claroscuro
¿No estaremos abusando
-yo mismo lo hago en este momento-
de lecciones sobre
cómo vivir,
cómo pensar,
cómo desear?
Quiero decir,
quizás nos habiten
demasiadas certezas,
exceso de consejos vomitados
como ordenes,
el modo indicativo disfrazado
de sugerencia.
¿Y si nada sabemos?
Si todo no es más que una
torpe improvisación,
una búsqueda desesperada
de faros que no existen
Si dudar fuera
el camino,
e ignorar el horizonte.
¿No seríamos,
aunque más precarios,
más honestos?
Tal vez seamos
esa contradicción que
nos agobia,
el orgullo herido,
la luz que dan los huesos,
el claroscuro de los ojos.
Todo eso
y su vez,
nada de eso.
Por mi parte cada día
buceo en lo que de mí niego,
en eso que ignoro que aún ignoro,
en frágiles convicciones,
en un puñado de silencios,
en la certeza abrumadora
de todo lo que dudo.
-yo mismo lo hago en este momento-
de lecciones sobre
cómo vivir,
cómo pensar,
cómo desear?
Quiero decir,
quizás nos habiten
demasiadas certezas,
exceso de consejos vomitados
como ordenes,
el modo indicativo disfrazado
de sugerencia.
¿Y si nada sabemos?
Si todo no es más que una
torpe improvisación,
una búsqueda desesperada
de faros que no existen
Si dudar fuera
el camino,
e ignorar el horizonte.
¿No seríamos,
aunque más precarios,
más honestos?
Tal vez seamos
esa contradicción que
nos agobia,
el orgullo herido,
la luz que dan los huesos,
el claroscuro de los ojos.
Todo eso
y su vez,
nada de eso.
Por mi parte cada día
buceo en lo que de mí niego,
en eso que ignoro que aún ignoro,
en frágiles convicciones,
en un puñado de silencios,
en la certeza abrumadora
de todo lo que dudo.
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