viernes, 24 de enero de 2020

Huracán


Soy así,
lo doy todo, 
me entrego completamente,
dijiste con orgullo.

Yo pensé en que
arder no es lo mismo que quemar,
que pocas veces somos,
por lo general estamos,
que el problema del todo 
es que su reverso es la nada.

Cuando amo arraso,
soy un huracán.
No creo en el amor a medias,
al que no le gusta que se vaya,
seguiste obstinadamente.

Yo quise decirte que
los huracanes también lastiman,
que una relación tiene más de un lado,
y que quizás el amor es lo que aloja
no lo que expulsa.

Y si no,
prefiero terminar mis
días en soledad,
cerraste con la boca temblorosa.

Pensé en decirte
que una cosa es la soledad
y otra estar solo,
pero noté el terror en tus ojos.

Nadie se enamora de lo
que puede dar,
sino de lo que puede recibir,
susurré en el preciso
instante que te marchabas.



















miércoles, 15 de enero de 2020

Y

Está bien el silencio,
el retirarse,
hacer una pausa,
vivirse para adentro,
buscarse bajo piel.

Pero a veces se
vuelve necesario el ruido,
el volúmen alto,
el bullicio extranjero,
gritar afuera
para callar el
aturdimiento interno.

¿O acaso alguien
puede soportarse
con un solo rostro,
una sola mirada,
una sola voz?

Quiero decir,
quizás haya que
dinamitar el mandato de la o:
Todo o nada,
estruendo o sigilo,
esfuerzo o pereza,
puro o impuro,
uno o lo otro.

Prescindir de esa lógica binaria
que nos escinde,
nos entrampa,
nos aleja
para volver a reconciliarnos con
con la y.

Si,
lo uno y lo otro.
Grito y silencio,
dolor y sosiego,
sueño y vigilia,
amor y desamparo,
vos y yo.