miércoles, 15 de enero de 2020

Y

Está bien el silencio,
el retirarse,
hacer una pausa,
vivirse para adentro,
buscarse bajo piel.

Pero a veces se
vuelve necesario el ruido,
el volúmen alto,
el bullicio extranjero,
gritar afuera
para callar el
aturdimiento interno.

¿O acaso alguien
puede soportarse
con un solo rostro,
una sola mirada,
una sola voz?

Quiero decir,
quizás haya que
dinamitar el mandato de la o:
Todo o nada,
estruendo o sigilo,
esfuerzo o pereza,
puro o impuro,
uno o lo otro.

Prescindir de esa lógica binaria
que nos escinde,
nos entrampa,
nos aleja
para volver a reconciliarnos con
con la y.

Si,
lo uno y lo otro.
Grito y silencio,
dolor y sosiego,
sueño y vigilia,
amor y desamparo,
vos y yo.











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