Has derrumbado mis defensas,
vulnerado mi territorio,
amenazado mi soledad,
y sin saberlo me has declarado la guerra.
Entonces ahora deberás prepararte para mis embates,
porque pondré la mejor de mis armas,
usare todos mis recursos
pensaré y re pensaré cada uno de mis actos.
Deberás disculpar este ánimo belicoso,
pero has conmovido mi espacio,
ocupado todo mi tiempo,
asustado mis tropas,
y es hora ahora de contraatacar.
Como un soldado agazapado esperaré en mi trinchera,
analizare tus puntos débiles,
transgrediré tus defensas,
y alistare mi ejercito de gestos hasta conquistar
tu sonrisa.
Porque volviste a darle cuerda al reloj,
porque socavaste mi paz,
y porque me devolviste el derecho al miedo,
no me has dejado más opción que declararte la guerra.
No pararé,
no me detendré,
usare mi ametralladora de palabras hasta agotar mis
balas,
aunque se me llene de miedo la sangre,
aunque me hiera tu balacera de dudas,
aunque más de una vez piense en levantar la bandera,
no me veras rendir.
Porque he vuelto a creer en mis tropas,
en mis fuerzas lúdicas,
Y porque el amor es tal vez,
la única guerra que merece dignidad,
la única guerra que merece dignidad,
no me detendré.
Hasta conquistar tu geografía.
Hasta derribar uno a uno tus miedos,
Hasta terminar cuerpo a cuerpo
viendo cómo te rindes entre
mis sábanas blancas.