"Cuando empiezo a moverme lo olvido todo...
como si desapareciera y todo mi cuerpo cambiara,
como si tuviera fuego adentro, y me veo volando como un pájaro.
Siento como electricidad. Si como electricidad"
Billy Elliot.
La primera vez que pusiste tu mano
en la palma de la mía,
tuve la certeza de que el mundo,
mi mundo,
empezaba de nuevo.
mi mundo,
empezaba de nuevo.
Ahora, catorce años más tarde,
viéndote brillar arriba del escenario
vuelve la misma sensación,
la misma intensidad,
la misma certera electricidad.
Porque desde que naciste,
y me fuiste enseñando a ser tío
mientras crecías,
intentando devolverte este amor
hasta entonces ignorado,
mi sangre empezó a correr de otra manera.
Y eso es lo que siento cuando te veo,
electricidad,
movimiento,
perplejidad,
una constante,
poderosa,
y genuina
alegría.
Porque mi universo se multiplicó
con tu presencia chinchoporoto,
mi corazón se hizo más grande,
mi amor menos egoísta,
y tu sonrisa con hoyuelos
una cotidiana necesidad.
Y anoche pasó de nuevo,
dueña del mundo en un escenario,
llena de tu fuego vital,
de tu energía que contagia y transforma,
llenándonos de tu electricidad,
llenándonos de tu electricidad,
como un rayo de luz,
como una fuerza que todo lo moviliza
con dulces gestos,
sintiendo una infinita gratitud a la vida misma,
sintiendo una infinita gratitud a la vida misma,
a nuestra complicidad de tío y sobrina,
desde la primera vez que pusiste
tu mano entre la mía,
y mi corazón bombeó con fuerza,
y mi corazón bombeó con fuerza,
para llenar por siempre mis días
de este profundo amor que nos une.
de este profundo amor que nos une.
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