domingo, 5 de febrero de 2017

Mar

Ando como distraído.
Son días en que buceo dentro mío buscando
eso que no aparece.
Y cierta frustración me invade. 
El temor de no encontrar la forma
de que el deseo se oriente. 

Eso pensaba mientras mirábamos el mar
y me abrazabas.
En esa manía que tengo de rascarme el ego.
El ejercicio de buscarme y no encontrarme,
de andar perdido en un ovillo de dudas,
temeroso de decepcionarme
y decepcionarte.

Y mientras pensaba en todo esto,
vos apoyaste tu cabeza en mi hombro
despabilándome con un gesto
y entendí que hacia rato estaba equivocado.

Que el habito de mirar para dentro
estaba agotado;
que el deseo nunca encontrará
las palabras adecuadas,
que la búsqueda de uno
 siempre parte desde otros,
y que en vos hacia rato me había encontrado.

Y  que acaso la felicidad sea eso. 
El silencio de uno mismo,
mientras el mar nos mira
y yo persista en tu abrazo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario