jueves, 4 de abril de 2019

rotos

Yo que hice fui inmortal tantas veces. Yo que hice el amor, deseé, sudé y prometí en vano. Yo que fui eterno Ahora me pregunto
por dónde. Ni el deseo Ni la palabra Ni la piel explican esta duda ciega, esta pura ignorancia. Yo que fui inmortal y tiré sobras y regalé secretos hoy me vuelvo austero pongo candados miro para abajo solo me abrigo. Yo que amé omnipotente y creí ser para siempre -como una excusa-
y me cuesta el perdón e insisto en tener razón
como si fuera tener algo,
me aferro a la fe
de los míos,
mis lisiados,
mis frustrados,
mis amigos.
Y grito con ellos, ladramos,
como hermanos,
celebrando resacas,
para volver a empezar,
con los huesos rotos,
la risa húmeda,
la memoria temblorosa,
y la infantil esperanza
de ahuyentar la muerte.

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