lunes, 2 de febrero de 2015

Mundos

De este lado del mundo
los parpados a veces pesan demasiado,
y la memoria insiste en evocar
siempre las mismas fotos. 

De este lado del mundo
hay preguntas que me habitan
desde niño,
y aún permanecen tibias de respuestas.

De este lado del mundo
me multiplico en ignorancias,
hay muertos que todavía siento,
y gestos que me llenan
de pequeñas alegrías.

De este lado del mundo
me emociona la belleza infante,
me fastidio ante las explicaciones,
asumo mi responsabilidad ante la indiferencia,
y me duele toda idea de normalidad.

De este lado del mundo,
mis amigos son medicamentos,
mi familia tiene mil brazos,
las anécdotas son triunfos
y mi casa son los otros.

De este lado del mundo
a veces tiemblo por un nombre,
veo su rostro en
casi todos los rostros
y hay recuerdos que todavía
me susurran.

De este lado del mundo
los días son un big bang,
 los abrazos certezas,
la tristeza un derecho,
y los desconocidos
posibilidades.

De este lado del mundo
las mañanas siguen siendo prólogos,
la soledad es ya una palabra extinta,
la muerte una postergación cotidiana,
y el amor será siempre
 el horizonte necesario.














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