jueves, 27 de agosto de 2015

Ignorancia (segunda parte)

Puedo explicar casi a la perfección 
cómo funciona el psiquismo según Freud,
exponer algunas ideas sobre el materialismo dialéctico según Marx,
y hasta me atrevo a describir la sociedad disciplinar según Foucault,
pero lo que no me atrevo,
lo que no puedo de ningún modo,
es explicar qué es lo que me pasa cuando te veo.

He acumulado explicaciones,
he aprendido cientos de abstractas ideas,
he memorizado teorías,
pero sigo sin encontrar respuesta alguna cuando
me mirás con tus ojos de pájaro carpintero. 

Soy rápido para hacer cuentas,
mis amigos a veces me piden consejos,
y suelo citar pasajes enteros de mis autores favoritos.
Lo que no puedo,
lo que aún no entiendo es el mutismo que
me invade cuando tu mano se aprieta sobre la mía.

Es que burlás mis explicaciones,
volvés estúpidos mis argumentos,
 mi ego se llena de agujeros
y mi soledad muere de miedo,
cuando solo me susurras un beso.

Entonces no me sirve Freud,
prescindo de Marx y
tengo amnesia de Foucault.
Es que no hay teorema posible,
no hay palabra suficiente, 
para explicar tu sonrisa caricia
ni tu silencio que abriga. 

Y te agradezco esta infancia nueva,
este genocidio de respuestas,
la imposibilidad de significarte de algún modo,
para recordarme en cada abrazo,
que el amor es una perpetua ignorancia,
y que hoy estamos juntos,
para aprender todo de nuevo. 














1 comentario:

  1. Hola, son hermosos tus escritos y el tinte psicoanalítico me encantó. Cuando uno se pone a pensar sobre la imposibilidad de simbolizar lo que se vive en lo real del cuerpo, lo que generan tus poesías -en particular ésta- es realmente muy lindo. Saludos

    ResponderEliminar