domingo, 4 de octubre de 2015

Algoritmo

Si pudiera decirte algo, 
si no me quedara mudo 
cuando tu cara es un algoritmo,
si supieras que mi silencio 
es la infantil manera que encuentro
para decirte tanto.

Pero siempre me encuentro con
ese conjunto ordenado
y finito de gestos, 
primero la sonrisa inmensa que te rosa las orejas,
para luego entrecerrar los ojos,
mientras amanece el sol en tu cara,
generando un nudo en mi panza,
y un deseo afónico
que me camina todo el cuerpo. 

Si pudiera contarte de mis imágenes,
y de mis dudas,  
enumerarte mis ignorancias 
y mis pesares,
si no me miraras así,  
obligándome a mirar para abajo
todo el tiempo. 

 Entonces disimulo mis cachetes colorados
mirando el piso,
y no me salen las ideas,
y se me lengua la traba,
y la piel es todo escalofrió. 
 y tengo de nuevo siete años,
y me muero de vergüenza.

Es que cuando sonreís así,
como si le dieras cuerda al reloj del mundo,
no puedo contarte de mis inútiles poesías,
que detesto los números pares,  
que colecciono broches rotos, 
y que nos vamos a casar algún día.

Si pudiera decirte algo, 
si supieras todo lo que pasa de este lado,
si tu sonrisa no diera inicio a ese algoritmo irresoluble,
sabrías que mi silencio no es cobardía,
y solo es la espontanea respuesta
 de este niño  
al que vives sonrojando.  








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