lunes, 30 de noviembre de 2015

Sueño

Freud decía que el
sueño era el guardián del deseo,
la forma que el inconsciente encuentra
para cuidar nuestro dormir.

Y son de esas frases que 
uno nunca termina de entender del todo,
y entonces voy y te sueño.

Estamos ahí en un sillón viejo, 
acurrucados charla que te charla, 
cómplices otra vez,
deseándonos desde palabras
que eran también caricias,
 vos afirmando
que el amor era cultural, 
yo contradiciéndote,
defendiendo ideas que no creo
sólo para para cruzar una pierna
entre la tuya
hasta hacernos un nudo.
Y que vos te rías
besándome la nariz,
y yo te devuelva
otro en el cuello
para quedarnos abrazados
con ese calor que solo
los cuerpos hablan. 

Y después esos saltos
que a los sueños tanto le gustan.
Vamos caminando de la mano por el barrio de mi infancia,
como una imagen cliché de esas que siempre evitamos,
creyéndonos originales,
 sin saber que el amor es acaso
 la más genuina de las vulgaridades.

Vos me contas de tus ganas de irte al extranjero,
y yo siento miedo,
y nos abrazamos fuerte
como tantas otras veces,
y un amigo cuyo rostro ignoro nos saca una foto,
acaso resumiéndolo todo.

Me despierto con ese calorcito en el aire,
con la sensación de que quizás Freud tenía razón,
y que el sueño cuida aquello que tan bien nos hizo,
que el inconsciente también tiene su manera de defenderse,
de llevarnos otra vez a brazos que quisimos mucho,
y entonces me apuro a cerrar los ojos de nuevo,
antes que el calorcito se vaya,
con ganas,
mucha ganas,
de que me des otro beso en la nariz. 




  














lunes, 23 de noviembre de 2015

Lo Político

Hoy amanecí triste, sabes.
Pero es una tristeza rara,
una tristeza nueva,
una tristeza extranjera.

Y me siento a buscar su génesis,
a ponerle palabra a esta nudo antiguo
que hoy tiene otra forma, y 
quizás alcanzo a comprender. 

Porque de todas las tristezas
que he explorado, nunca
en todos estos años había
conocido la tristeza política.

Déjenme ser más claro, 
no es que sea tan joven pero 
es la primera vez que
mi deseo es no correspondido,
porque para ser más exacto
era la primera vez que tenia
un deseo político.

Y absténganse los psicoanalistas
y los amigos militantes, 
de acusarme con el dedo.
Porque les guste o no les guste,
lo político se ha hecho carne
y palabra en muchos de nosotros,
que hemos crecido creyendo
que la política estaba siempre en otra parte. 

Entonces veo a mi sobrina 
preocupada por la masacre en Siria,
y veo a la juventud levantando sus banderas,
y veo a mucho de nosotros defendiendo derechos
conquistados, 
y veo también a muchos de nosotros, 
pidiendo un cambio
y veo a muchos de nosotros eligiendo el blanco.

Y digo nosotros, porque no creo
en eso de que los malos sean los otros,
siempre pero siempre se trata de nosotros,
y aunque me aterren los globos sin sentido
aunque me de miedo el amarillo 
vació de contenido, 
y sienta que hablan de democracia
 con el odio en los bolsillos,
no te diré facho, gorila, ni cipayo.
No usare ningún adjetivo que
te encierre ni te excluya de tomar un mate conmigo,
pues sinceramente creo que el enemigo
sigue siendo el capitalismo. 

Pero si defenderé el derecho a esta tristeza,
esta paradójica tristeza que enuncia una alegría,
la del deseo no correspondido,
la de por primera vez
sentir el desamor político.

Y esa metamorfosis como pueblo
esgrime otro sentido,
pues no podrán ya privatizar la esperanza,
no podrán ponerle rejas a la poesía
ni podrán exportar la militancia.

Esto no es el fin de nada.
Quizás sea apenas el reinició
 de un recorrido,
ese que hace varios años 
las botas quisieron ver extinguido. 

Nos han devuelto a muchos
 el amor a lo político,
ese fue el cambio con contenido,
y el más amoroso de los caminos.















martes, 10 de noviembre de 2015

Gol

Así como andás ahora en las canchas
de fútbol, 
proyectándote y apareciendo 
por el lateral,
apareciste en mi vida. 

Es decir, apareciste por el costado,
cuando ya no te esperaba,
porque yo era el menor de los hijos
y con mis dieciocho años
nada indicaba que iba a tener un hermano menor.

Pero sí, viene papá y me dice que voy a tener
un hermano, y un reflejo egoísta me invadió,
una absurda sensación de incertidumbre ante 
ese nuevo horizonte que se me habría.

Y en el aprendizaje constante de los días
entendí el mensaje vital que había en todo esto, 
porque la vida me ofrecía la oportunidad de hacer
lo que otros hicieron conmigo, 
de ser hermano mayor y cuidar de vos,
como mis hermanos lo hicieron conmigo.

Y entonces llegaste hermoso y sereno,
como hasta ahora, 
siempre con una sonrisa,
un gesto educado,
en silencio, 
intentando quizás hacer el menor ruido posible.

Y fuimos construyendo nuestro lazo,
pese a las circunstancias que nos mantuvieron
en distintas casas,
intentando estar presente todo lo posible, 
mientras vos crecías y me enseñabas
a tener un hermano menor. 

Y ahora que han pasado dieciséis años ya,
dieciséis años desde que papá nos dió la noticia,
y mi estómago se hizo un nudo egoísta,
agradezco profundamente tu existencia,
la curiosa manera que la vida encuentra
para mostrarnos siempre cuán ignorantes somos,
agradezco tus preguntas que me hacen sentir importante,
aunque no tenga casi ninguna de las respuestas, 
la confianza que depositas en mí para contarme de tus alegrías
y tus tristezas,
y sobretodo agradezco cada abrazo cómplice que nos damos,
con la boca llena de gol,
la excusa perfecta para seguir eligiéndonos.