en silencio.
Una suerte de juego bobo.
Te miro desde afuera
como si no te conociera.
Entonces extrañado,
me escindo y pienso:
Cómo me gustaría estar
con alguien como vos.
Me pasa seguido,
cuando jugás con las gatas,
fruncís el ceño preocupada,
lees un libro tirada en la cama,
o te cambias delante mío.Supongo que es mi modo
de defenderme de la
anestesia diaria,
un modo ingenuo de resistir
a la rutina cotidiana.
.
Y cuando me descubrís,
me mirás interrogativa,
entonces yo,
idiota,
sin pronunciar palabra
termino con mi juego.
Es que no sé cómo
traducir la bruma
en ese instante,
la calma que me invade
al saber que,
en lo irreversible del tiempo,
en lo pequeño de la vida,
vos te detengas a construir
tu mundo junto al mío.
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