Toda búsqueda es por definición desencuentro.
Por eso mi desconfianza ante el éxito, y lo cierto.
Por eso el placer por el fuego,
mi afición por lo ignorado,
mi amistad con lo incierto.
mi amistad con lo incierto.
El rostro es más importante que su nombre,
porque el nombre es la primera prisión para todo lo que aun se ignora.
Nombrar un rostro o una flor,
es arrancarles su sentido para sumergirlo en el mundo de lo predecible.
es arrancarles su sentido para sumergirlo en el mundo de lo predecible.
La sonrisa de Laura existe antes de quien la nombre,
el olor del jazmín ignora como se llama,
y la música seguirá emocionando prescindiendo de su nombre.
No se busca para encontrar, como no se nace para morir.
Se busca por necesidad y se vive como posibilidad.
El encuentro puede llegar, como también por suerte,
llegara la muerte.
Por eso acaso el matrimonio, es el suicidio de los enamorados
y la primer declaración de amor suele estar destinada al olvido,
llegara la muerte.
Por eso acaso el matrimonio, es el suicidio de los enamorados
y la primer declaración de amor suele estar destinada al olvido,
Por eso también,
nos enamoramos siempre en los colectivos.
Porque ahí todavía nada esta dicho.
Todo gesto es duda,
y toda duda es posibilidad.
nos enamoramos siempre en los colectivos.
Porque ahí todavía nada esta dicho.
Todo gesto es duda,
y toda duda es posibilidad.
Buscar es antónimo de encontrar,
y si por error se vuelven sinónimos,
sonreír comienza a doler.
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