Vos que
tanto querías tu casa,
sin saber
que todo este tiempo eras una.
Yo
te veía en silencio,
sin
entender muy bien de donde sacabas fuerzas
Se de un
pacto secreto frente al espejo,
jurándote convertir
en ladrillos,
cada uno
de los escombros que la vida te había preparado.
Nunca te
gustaron los histrionismo, los dramas,
y
recordando tú promesa
te
levantabas todos los días de tu cama.
Ocultando
lágrimas, maldiciendo destinos, acumulando frustraciones
fuiste convirtiendo el
dolor en esperanza.
Te vi
haciendo malabares para que no nos faltara nada,
y como si
fuera poco sumaste dolores del cuerpo
que no
pudieron con tus ganas.
En
silencio, fuiste techo, puerta, habitación y frazada.
En
Silencio, levantaste paredes, abriste puertas,
llenaste
bocas, cocinaste sueños.
Y nunca
pediste nada, rechazabas los elogios,
te escondías de
las fotos, aguantabas las trompadas,
te
ruborizaban los gracias.
Miles de
imagines me bombardean,
del lado
de allá, tu tío, tu hermana y tu hijo brindando desde el cielo,
del lado
de acá nosotros tus hijos, con un gracias que nunca alcanza,
tus
amigos con el pecho lleno de orgullo,
tus
nietos con una sonrisa llena de chocolate,
Dios guiñándote el
ojo.
Y me
cuesta tanto decirte lo que quiero
será
porque con vos no puedo hacer literatura
será que
con vos nunca me alcanzaran las palabras
porque
vos, siempre fuiste nuestro hogar,
siempre
un sanguchito de jamón y queso,
siempre
sufriendo nuestros dolores,
siempre
una plato de mas,
siempre
una sonrisa aunque te quebraran las piernas,
siempre
una tormenta de gestos.
Y te aseguro sin necesidad de preguntarles
a mis hermanos,
que vos no te compraste una casa,
porque
vos Ma, vos sos la casa.
Quiero
decir vos fuiste, sos y serás nuestro lugar en el mundo.
Vos siempre
serás nuestra casa.
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