El lunes amanecimos con cuatro
pibas muertas.
Como si habláramos del clima,
de un índice de precios,
de una mala cosecha,
cuatro pibas muertas encontraron.
A Cielo la encontraron,
también a Navila,
a Maria Magdalena,
y recién leo que a Cecilia
tam - bién muerta la encontraron.
En la tele hablan
que andaban solas,
que usaban pollerita,
o el escote pronunciado.
¿Querrán decir que ellas se
la buscaron?
Es curiosa la forma de nombrar la muerte
cuando no es el cuerpo de un hombre,
el sutil modo en significar el espanto.
Ya sabemos,
lo aprendemos de chiquitos
y lo confirmamos a diario.
Su cuerpo,
su sexo,
sus sueños,
y sus miedos,
son territorio macho.
Será por eso que
todos los días las matamos,
y nos enojamos con las feministas
cuando hablan de patriarcado.
Mi sobrina dijo ayer
que tenía miedo de que
algun dia le pase algo.
Yo hice silencio
y sentí vergüenza.
No supe decirle que
era un miedo para mi
ignorado.
Tengo el privilegio
de estar del otro lado.
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