martes, 22 de octubre de 2019

escuchar

Me contaste de cómo todavía te dolía,
Que no podías escuchar su nombre 
porque te daban ganas de llorar,
y que los domingos se te hacían insoportables.
Yo te agarré las manos.

Después me dijiste que te preocupaba
la salud de tu mamá,
me mostraste fotos de tu sobrino,
y me dijiste que no sabias si algún día
ibas a querer tener un hijo.
Yo te cebé otro mate.

Más animada me contaste de las dudas
con tu oficio,
de la posibilidad de estudiar otra cosa,
de un libro que te partió la cabeza,
y me preguntaste si conocía al autor .
Yo negué con la cabeza.

Al final dijiste que a veces sentías
que tu rutina era una cárcel,
que quizás era hora de hacerte cargo de tu deseo,
y de tus ganas de viajar.
Yo te ofrecí la última galletita.

Antes de irte me recomendaste una serie, 
me robaste un libro, 
y sonriendo me dijiste:
"Me hace muy bien hablar con vos".
Nos dimos un abrazo.

Cuando te fuiste sentí
un pequeño orgullo .
Me di cuenta que estoy aprendiendo 
a escuchar mejor.

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