domingo, 14 de abril de 2013

Bordes

Todo borde supone dos lados.
Y en esta suposición habita el límite entre
todo lo que vive, y todo lo que muere.

Así una mano que camina por una espalda evita
llegar al límite de su curvatura para no morir.
Así, una mirada que se sostiene sabe que un rostro sonrojado
es el borde de una soledad que mañana no existirá.
Así, quienes cierran sus puertas de espalda al sol,
son cómplices ingenuos
de una muerte de la que creen esconderse.

Todo borde supone dos lados.
Así, quien renuncia a la potencia de un
gesto, habitara al lado de la muerte.
Así, quien siembra terror en una niñez
por siempre incompleta,
será también,
un triste soldado de lo siniestro.

Todo borde supone dos lados.
La comisura de un labio es el borde suficiente
de quien desea en silencio.
Un cuerpo que tiembla de fiebre,
detendrá su temblor ante la presencia de una madre
al borde de la cama.
El amor a punto de declararse vivirá o morirá,
después de su suicida pronunciación.

Todo borde supone dos lados.
Hay quienes seguros de si mismos y de su verdad,
comprarán enormes parcelas al borde de la muerte.
Y hay quienes conscientes de sus faltas,
de su búsqueda continua, 
de su frágil existencia, 
estarán siempre,
arrojándose al borde de la vida.













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