lunes, 3 de agosto de 2020

Sed

En el principio todo fue una boca.
Ni uno ojos,
ni unos labios,
ni una fe.
Lo juro, 
la caminaron mis manos.

Esa boca,
-que fue el principio-
fue un domingo,
fue un futuro,
y recorrió el frío de mi piel.

En el principio fue una boca,
y ahí mismo fue el desierto,
el oasis,
y el fin de toda timidez. 

Después vino lo otro.
La palabra torpe, 
el silencio crudo,
el desprecio,
y el caer.  

Después vino lo otro,
pero eso no importa.
Porque una vez ese boca
lo fue todo, 
y de sus restos bebe mi sed.    







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