Claro que no te necesito conmigo.
Ya no me son necesarios tus besos caracoles,
tus llamados impuntuales
ni tus dudas blasfemas.
tus llamados impuntuales
ni tus dudas blasfemas.
A mi me basta una vulgar canción para traerte de nuevo.
Un recuerdo imberbe y ahí estamos, riendo en serio.
Hace rato que te reconstruyo con solo un estornudo,
con el humo de un cigarro
con el humo de un cigarro
o con la mirada de mi gato.
Dirán que te fuiste y nos perdimos,
algo de los tiempos y los lugares,
algo de los tiempos y los lugares,
las circunstancias y los deseos,
las necesidades y los momentos.
las necesidades y los momentos.
Vagas excusas de los moralistas de la realidad.
Si cada vez que cierro los ojos,
asomas espía,
asomas espía,
poniendo tu cara capciosa
y pedaleando a carcajadas.
y pedaleando a carcajadas.
Que tal vez no ahora, que tal vez mas adelante,
como si el tiempo entre nosotros
no fuera mas que roce y chocolate.
no fuera mas que roce y chocolate.
En cada hielo del whisky te retengo por un rato,
importándome nada, esta miopía cotidiana.
Con un pedacito de recuerdo me da piel de gallina
y despacio mi boca tiembla.
importándome nada, esta miopía cotidiana.
Con un pedacito de recuerdo me da piel de gallina
y despacio mi boca tiembla.
Digan lo que digan amor mio,
me alcanza con poquito,
reinventarte ahí,
cada vez que te veo,
cebándome un mate.
me alcanza con poquito,
reinventarte ahí,
cada vez que te veo,
cebándome un mate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario