Aquí nace una vez más,
la estúpida prepotencia de explicarme.
Aquí yace otra vez,
la absurda intención de encontrarme.
.Una vez más la palabra que asoma y se va.
Otra vez el gusto a nafta que pica en la garganta.
Algo que decir, y no saber por dónde asumir.
Llenar de contenido una forma apenas visible,
una silueta tibia que amenaza con romper la hegemonía del silencio.
Todo lo que ya fue dicho,
pasado por la procesadora de la angustia y vuelta a digerir.
Nunca se está bien cuando el silencio es imperio.
Y la máquina de decir se ve forzada a vomitar preguntas.
Un pero, un para, un por qué.
La falsa poesía del soliloquio casi perfecto.
Un grito mudo ante el escenario íntimo del espejo.
Esconderse miserablemente de la mirada de los otros.
La cruda economía narcisista vendida al peor postor.
Aquí nace una vez más,
la estúpida prepotencia de explicarte.
Aquí yace otra vez,
la absurda intención de encontrarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario