lunes, 17 de junio de 2013

Surinam

“Apenas él amalaba el noema. A ella se le agolpaba el clémiso
y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes”
Julio Cortázar

Podría hacerte gracias,
pero lo que quiero decirte es otra cosa.
También podría decirte una sonrisa,
pero lo que quiero hacerte no lo habitan palabras.
Ya me has escuchado ochocientas veintitrés veces hacerte un te amo,
riéndonos a coro de mi afasia emocional.
Pero voy a decirte lo que quiero,
hacerte sustantivos, 
todo eso que sonrojás.

Voy a decirte que me matropoleo por tus gestos,
me hipotenuso por tus dudas,
me gorstonseo cuando sonreís,
Y que necesito hacerte el humor todos los días.

Vos dirás lavandina, rúcula o rímel.
Yo diré gol, whisky o matambre.
Entonces te impondrás una vez más a carcajadas
y dirás mate amargo, Surinam o espejo.
Y yo, casi sin fuerzas diré
temblor, Guayana o gracias.

Yo seguiré multiplicando decires para no aburrirte,
continuarán los neologismos,
crearé abecedarios,
agotaré haceres,
tocaré todos los verbos. 

Entonces, cuando ya haya dicho lo indecible,
cuando me veas exhausto,
 te reirás otra vez de mi torpeza
y me mirarás cómplice,
conmovida por mi esfuerzo.
Me harás unas palabras y,
pasándome tu mano por la cara,
me dirás un beso.








No hay comentarios:

Publicar un comentario