“Apenas
él amalaba el noema. A ella se le agolpaba el clémiso
y
caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes”
Julio
Cortázar
Podría hacerte gracias,
pero lo que quiero decirte es otra cosa.
También podría decirte una sonrisa,
pero lo que quiero hacerte no lo habitan
palabras.
Ya me has escuchado ochocientas veintitrés
veces hacerte un te amo,
riéndonos a coro de mi afasia emocional.
Pero voy a decirte lo que quiero,
hacerte sustantivos,
todo eso que sonrojás.
Voy a decirte que me matropoleo por tus
gestos,
me hipotenuso por tus dudas,
me gorstonseo cuando sonreís,
Y que necesito hacerte el humor todos los
días.
Vos dirás lavandina, rúcula o rímel.
Yo diré gol, whisky o matambre.
Entonces te impondrás una vez más a
carcajadas
y dirás mate amargo, Surinam o espejo.
Y yo, casi sin fuerzas diré
temblor, Guayana o gracias.
Yo seguiré multiplicando decires para no
aburrirte,
continuarán los neologismos,
crearé abecedarios,
agotaré haceres,
tocaré todos los verbos.
Entonces, cuando ya haya dicho lo indecible,
cuando me veas exhausto,
cuando me veas exhausto,
te
reirás otra vez de mi torpeza
y me mirarás cómplice,
conmovida por mi esfuerzo.
Me harás unas palabras y,
pasándome tu mano por la cara,
pasándome tu mano por la cara,
No hay comentarios:
Publicar un comentario