Vos decías que era un capricho,
pero qué manera de gustarme el
primer beso del día
ese mal aliento matutino.
Incluso te
miraba ahí acurrucada entre la almohada
y me mordía los dedos
para no despertarte y zambullirme en tu boca
Vos me decías que te deje
ir a lavar los dientes,
pero sabias que yo me
enojaba,
y accedías sonrojada.
Es
que después del dentífrico, ya no era lo mismo
Sentía que la realidad te devolvía prefabricada.
Cuando te despertabas sobresaltada
por si habías roncado
y yo no podía más
que reírme
de tus lagañas acarameladas
y te chantaba otro beso en el
ojo lagañoso.
Lo
mismo que tus pelos, ese caos
castaño claro que
vos querías disimular con
visibles invisibles.
Como me gustaba
verte reír toda despeinada
como si todo el viento sur se
hubiera dormido en tu cabeza.
Y cuando me retabas
porque cruzábamos las piernas,
alegando que no llegaste a
depilarte.
Pero qué me importaban a mi unos
pelos
efímeros
si nuestras piernas
eran un nudo marinero.
Nunca entendiste que ese era el
momento más real de todos
cuando el
mundo todavía no nos alcanzaba
y nosotros sin prejuicios
nos salvábamos en la cama
Hermoso!
ResponderEliminarLusu
Qué lindo!!!! <3 Morí de ternura. Las mañanas así son las mejores
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