Es
menester moverse de esta quietud
no para escapar
no para evadir
moverse como fin, en fin y sin
fin.
Moverse tirados en la cama,
moverse en la profundidad de lo ignorado,
moverse en un grito mudo,
moverse sacudiendo nuestra sombra.
moverse sacudiendo nuestra sombra.
Es menester una existencia nómade,
viajando entre los otros,
una existencia incomoda,
moviéndose para no conformarse,
moviéndose para llegar
a ningún lado,
moviéndose como si la felicidad
fuera cierta.
Si no quedará lo otro,
quedará lo cierto
quedará el orden,
quedará la disciplina
quedará el miedo.
Es menester moverse de esta quietud,
moverse hasta
que la sangre brote,
arrancándose luego la
cascarita postrera.
Es menester una existencia epileptoide
sin por y sin para,
hacia geografías sin nombre.
hacia geografías sin nombre.
Mirando otros rostros,
saboreando otras lenguas,
masticando otros dolores,
mutando los orgasmos.
Si no quedará lo otro,
quedarán los espejos,
quedarán las respuestas,
quedará la verdad,
quedará la muerte.
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